Recuperación Ambiental del río Segura en la ciudad de Murcia

Gestión de Fauna Acuática

Todo proyecto de dragado efectuado en ambientes seminaturales poblados por fauna conlleva forzosamente el planteamiento de protocolos de gestión que minimicen el impacto ejercido sobre estas comunidades. En este caso, la fauna acuática supone el principal objetivo de gestión ambiental con la finalidad de favorecer su conservación y asegurar su presencia tras la finalización del proyecto.

Para la realización de los trabajos se han tenido en cuenta dos consideraciones fundamentales:

  • Protección de la comunidad de peces previamente a las actividades de dragado sectorizado.
  • Gestión de las especies exóticas capturadas.

En la actualidad, gracias a la mejora en la calidad de las aguas experimentada en los últimos años, el tramo medio del río Segura ha sido colonizado por diferentes especies de peces como el barbo, la anguila, la carpa, el carpín dorado, la boga, el alburno, la tenca, el gobio, la gambusia, la perca americana, la perca sol o la lucioperca, pero también de reptiles como el galápago leproso, la culebra de agua y la tortuga de Florida.

Las actuaciones en el cauce implican la creación de recintos y su posterior vaciado que podrían dejar atrapados en su interior a una cierta cantidad de estos animales, siendo los peces el grupo más vulnerable.

La empresa Ferrovial Agroman, adjudicataria de los trabajos de dragado, ha contratado los servicios de Taxon Estudios Ambientales, S.L. para acometer las actuaciones de gestión de la fauna acuática durante la realización de las obras, contando con el asesoramiento directo del Grupo de Investigación de Zoología Básica y Aplicada a la Gestión y a la Conservación de la Universidad de Murcia.

Con estas consideraciones se han previsto diversas actuaciones de rescate y gestión de la fauna acuática que pudiera quedar atrapada en el interior de los recintos de dragado. Estas acciones se realizarán de forma sincronizada al dragado e incluyen el uso de diferentes artes de pesca:

  • La principal acción consistirá en el uso de redes de arrastre en todo el recinto. Su propósito no es la captura sino forzar la salida del mayor número posible de ejemplares antes del cierre del recinto. Se realizarán varias pasadas hasta comprobar la efectividad del vaciado de ejemplares. Las principales limitaciones de esta metodología son las dimensiones del recinto y el tipo de sustrato, resultando inviable su uso en zonas de cañaveral o con presencia de raíces, troncos y ramas sumergidos, que impidan o dificulten la operación de arrastre.
  • También se ensayará la pesca eléctrica. Se trata de un método de captura que consiste en la aplicación de un campo eléctrico dentro de la masa de agua de manera que los peces que se encuentran dentro de éste sufren una relajación muscular y una leve pérdida del sentido, lo que facilita su captura. No implica pues la muerte del ejemplar.
  • Se ensayará la colocación de nasas y otras técnicas de captura pasiva. Esta metodología permite la captura de peces de talla pequeña (< 15 cm de longitud), así como la captura de otros vertebrados acuáticos como el galápago leproso y la culebra de agua.
  • En caso de resultar ineficaces las medidas anteriores se ha contemplado la colocación de redes y trasmallos calados en disposiciones diferentes (paralelos, perpendiculares, etc.).

Para el caso de ejemplares de fauna autóctona, básicamente barbo, anguila y galápago leproso, que sean capturados se contempla su translocación a otras secciones del río. Para esta actuación y una vez pescados los ejemplares, estos serán introducidos en un tanque provisto de tapadera, con agua, donde se introducirán los ejemplares de especies autóctonas a transportar, en una densidad que no afecte a sus funciones vitales. En dicho tanque se instalará un sistema de suministro de oxígeno mediante difusores con caudalímetro.

Las sueltas serán realizadas en localizaciones previamente acordadas con el Servicio de Biodiversidad Caza y Pesca Fluvial de la Dirección General de Medio Ambiente de la CARM, realizándose, en principio, aguas arriba de la Contraparada. Como medida de precaución, de forma previa a su liberación se analizará la carga parasitaria y presencia de enfermedades de declaración obligatoria.

Con todas estas acciones se pretende que cuando se proceda al desagüe y desecado del recinto resten la menor cantidad posible de ejemplares en el mismo.