En el mes de noviembre del año 2002 se produjo el conocido accidente del petrolero Prestige la que fue una de las peores tragedias ambientales de la historia de España. El buque tras el accidente se partió en dos, vertiendo miles de toneladas de crudo en las costas Gallega.
El instituto de Investigaciones Marinas de Vigo (CSIC) fue el encargado de realizar una selección entre las propuestas de paliación recibidas.
Concurrieron con ofertas y propuestas 172 empresas e instituciones de todo el mundo.
Sólo 5, más el propio instituto IIM, realizaron pruebas a meso escala en roquedos supra mareales de la Isla de Sálvora. El ensayo y su seguimiento fueron controlados por CSIC.
Sólo dos empresas llegaron a vender producto, entre ellas la actual Biopulcher, entonces con otra razón social.